lunes, 2 de enero de 2012

¿Por qué se congela el Salario Mínimo Interprofesional (SMI)?

En el año 2011 el SMI en España era de 641,4 euros mensuales (14 pagas anuales), y aunque en términos nominales era superior al de años anteriores, su valor real ya era claramente inferior al del año anterior (633,3 euros nominales). Entre las primeras medidas del nuevo gobierno de la derecha española se encuentra la congelación en 2012 del SMI en los mismos 641,4 euros. Una medida que contribuye a una política salarial dirigida al empobrecimiento de los trabajadores españoles. El valor actual del SMI podría considerarse bajo, en el entorno de los países desarrollados, aunque no debe olvidarse que no todos los países europeos tienen este tipo de regulación (entre ellos, Alemania).




¿Cuál es el objetivo de la congelación del SMI? En el documento adjunto se discute cuál puede ser el efecto de la congelación del SMI sobre la distribución de los salarios de los trabajadores españoles (además del obvio de una nueva pérdida de valor del SMI en términos reales). Se emplean datos de los años 2004 a 2009, los únicos disponibles en el INE para realizar de manera homogénea esta comparación, pero que incluyen al menos un año en el periodo de crisis.
Las principales conclusiones del documento:
"En el año 2012, congelar el valor del SMI no tiene más propósito que facilitar la caída general de los salarios. Se trata, en primer lugar, de lograr que los trabajadores con menos capacidad negociadora cobren menos que lo que recibían en el año anterior. En segundo lugar, dado el papel de referencia que parece jugar el SMI en la determinación de los salarios de todo el conjunto de trabajadores, la medida tiene por objetivo que todos los salarios (sea cuál sea su valor en términos de SMI) disminuyan. De manera que la congelación del SMI se plantea como una herramienta más dirigida a la disminución de los salarios reales de todos los trabajadores.
El papel más importante del SMI es el de constituirse como una barrera de mínimo en la distribución de los salarios, determinando un salario mínimo vital, en el que estarían anclados alrededor del 10% de los trabajadores. Sin embargo, la frontera salarial que define el SMI empezaba ya en el año 2009 a ser arrollada por el mercado. En un momento en el que las políticas de la derecha económica tienen por objetivo la máxima disminución de los salarios, el SMI se convierte en una barrera legal a destruir. Aunque aún no se han atrevido a hacerla desaparecer, se trata de levantarla lo suficiente como para que los salarios negociados en el mercado laboral puedan seguir bajando sin impedimentos legales. Un pequeño movimiento más dentro del conjunto de políticas dirigidas a la pauperización de los asalariados".

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